domingo, 18 de abril de 2010

Capítulo 14: Salvada y en soledad

Cuando abrí los ojos descubrí que estaba en una elegante cama de época con edredones de color oro y terciopelo rojo. Ya no estaba atada de pies y manos, seguía teniendo rojeces en las muñecas de ambas manos, pero ya no dolían tanto. Alcé la vista para ver dónde me encontraba. Era una habitación con un ventanal amplio, en la cual se filtraban los rayos del sol, con cortinas también de terciopelo rojo, haciendo juego con la cama. La cama era de madera antigua y arriba de ésta colgaba un dosel de tul blanco, muy bonito. A los pies de la cama había unos sillones de estilo gótico, con apoyaderos dorados y tapiz igualmente rojos.


Seguí examinando la habitación en donde me desperté ya que no quería, ni de lejos, recordar cómo había estado yo la noche, o saber si días, anteriores. Instintivamente me llegaron imágenes de la noche en la que me desperté y me golpeé gracias al manotazo que recibí del hombre de tez negra, me toqué la cabeza sacando mi mano de debajo de las sábanas calientes. No había rastro de la sangre. Mi pelo estaba limpio y olía a Herbal Essences… Igual que Bill… No quería ponerme melancólica ni mucho menos triste. Sé que no iba a salir de ahí, que iba a ser violada, drogada y utilizada ya fuera por vampiros o por humanos. Pero me juré a mí misma, que para ser menos utilizada de lo que iba a ser, no iba a revelar ningún poder de los que había heredado como bruja. No quería morir quemada en una hoguera como mis antepasadas, eso sí que no. Prefería un tiro en la cabeza limpio y rápido, que me quemaran por lo que soy, porque de ser una bruja estaba muy orgullosa.
- Hola, princesa – me dijo una mujer muy hermosa, de tez pálida y pelo rojizo, que estaba entrando por la puerta de la habitación. ¿Quién es ésta?- Veo que ya estás despierta. ¿Cómo te encuentras?


No hables, ni digas mú.
- Mmmm, veo que también eres muda, aparte de debilucha – murmuró ella.- Solo he venido a darte la bienvenida a mi mansión de Sheverport, es que tengo más… – dijo riéndose. Y a mí qué coño me interesa.- Y a comprobar si estabas bien… ¿Sabes? Lafayette hizo mal en golpearte, tú no tienes la culpa de nada reina… Si él se encapricha de una rubia como tú, es su problema… Y el tuyo también… Si lo miras por el lado malo.
- ¡Lo de Bill no es ningún capricho! – Dije atropelladamente, chillando y de golpe. No tenías que haber dicho nada estúpida. Abrí los ojos como platos y mire hacia las sábanas que cubrían mi abdomen.
- ¿Bill? Tengo un muy buen amigo llamado Bill… Vive cerca de aquí… Hace tiempo que no sé nada de él, desde que renunció a trabajar para mí perdí su contacto bonita – dijo mientras se limaba sus afiladas y alargadas uñas rojas.- Pero bueno, su nombre es Bill… ¿Es tu novio? No me interesa…
Seguí callada durante un buen rato mirando al mismo sitio que me propuse minutos atrás.
- Bueno chica de pocas palabras – dijo suspirando la pelirroja,- entonces, ¿no quieres saber qué vampiro se ha encaprichado de ti rubia bonita? – Dijo mientras sonreía y mostraba sus afilados colmillos.
Mierda. Finge que no sabes nada sobre vampiros Shasha. Mentir se te da bien, coño.
- ¿Por qué me miras así? ¿Nunca has visto un vampiro o crees que no existíamos?- Dijo mientras se acercaba.- Venga háblame, que no muerdo pequeña – dijo sarcásticamente. La muy…
- ¿Vampiros dijo? – Dije inocentemente. – Sólo en pelis y libros señora…
- Señorita – me interrumpió rápidamente.- Que aunque tenga más de 500 años sigo soltera… Los hombres, ya tú sabes. Aunque últimamente prefiero a las mujeres.
- Señorita Sophie preguntan por usted en la entrada principal de la mansión – la interrumpió una joven del servicio.
- Vale Amanda. ¿Sabes quién es? No esperaba a nadie…
- No, solo sé que es un joven, creo que vampiro, procedente del norte del país.
- ¿Del norte? ¡Qué raro! Bueno yo pensaba que era el novio de la querida humana… encima que tenía hambre – dijo mientras se relamía sus colmillos.- Hasta la vista rubita – se despidió mientras su criada cerraba la puerta quedándose dentro de la habitación.
La joven Amanda abrió los ventanales y empezó a limpiar el polvo de las cortinas de terciopelo. Siguió con el polvo de los muebles y del sillón del centro de la habitación.
- Si te molesta el polvo, lo dejo… - dijo de espaldas mientras limpiaba, sin dirigirse a mí.
- ¿Me hablas a mí? – Le dije temblorosa.
- Claro, solo estamos tú y yo. La verdad que has tenido suerte de que te escoja el joven Eric.
- ¿Quién es Eric?
- El jefe de Sheverport, el vampiro rubio y vikingo… ¿No lo conoces? Él te trajo aquí.
- No recuerdo nada… Sólo que me choqué con algo y me desperté en un sitio oscuro. Luego un hombre me golpeó y desperté aquí… Espera, ¿vampiro?- Dije despacio.
- Sí, pero es muy bueno. Me dio trabajo aquí y ni me ha pedido sangre – dijo riéndose… Yo a su respuesta hice una mueca.- Creo que querrá tener relaciones contigo, por lo que he escuchado a la señorita Sophie, y si vas bien te convertirá en vampira… ¡Un privilegio!
- ¿Vampira? No, no. Yo no quiero. Tengo familia y novio… Me estarán buscando.
- Siento haberte dando tanta información. No le digas nada a Sophie y menos a Eric, por favor. Me tengo que ir. Encantada…- dijo yéndose de la habitación con sus trapos y plumeros, y dejándome hecha un mar de lágrimas… Yo, vampira… Sin Bill ni Edward… ¡¡Me quiero ir de aquí!!

PVO EDWARD

Conduje hasta la mansión de Bill y esperé por fuera hasta por la noche. A las 9 apareció Alice acompañada de Jasper en su porsche amarillo. Cuando estuvimos los tres juntos tocamos en la mansión de Bill.

- Bill, abre. Shasha ha desaparecido.
- Ya lo sé – dijo desesperado detrás de nosotros. Estaba sin camisa, embarrado y sucio.- Desde que se fue el sol a las siete de la tarde he estado buscándola por los alrededores y no la encuentro… ¿Sabéis algo de ella?

- Alice, sabe. Ella ve el futuro.
- Vi que cerca de un cementerio de por aquí se la llevaba a la fuerza un vampiro. No le vi la cara. Sólo vi eso Bill, lo siento – explicó Alice.
- Según mi padre, dice que eres inspector de esta zona y trabajas para un superior, ¿no?- Le dije mientras Bill asentía, con preocupación.- A lo mejor ese vampiro te estaba buscando, se distrajo y vio a Shasha como un buen aperitivo.
- Imposible, dejé de trabajar para Eric hace cinco meses. Tuve problemas con él y quise perder todo contacto con el tema de protección de la raza – se excusó Bill.
- ¿Y algún amigo o conocido?- Intervino Jasper.
- Hace tiempo que no veo a ningún conocido vampiro, desde que fui a tu boda Edward, así que no lo sé… - me dijo desesperado.
- Bueno dejad de sacar conclusiones y nos ponemos en marcha. Sólo sé que fue un vampiro quien se llevo a Shasha ¿no? – Dijo Alice con decisión.- Pues a ver, vampiro de Louisiana, dinos a dónde pueden llevar los vampiros de por aquí a sus presas.
- Pues en Bon Temps el único vampiro soy yo, y lo más cerca donde haya vampiros es en Sheveport. ¿Podríamos ir por allí?
- Claro que sí Bill. Pues vámonos.
- ¡Manos a la obra! – Exclamó esperanzado.



- ¡Esperad! – Interrumpió Alice mientras nos dirigíamos Jasper, Bill y yo a su coche.- Lo siento Bill, y no es por no ser amable, pero… Tú en mi coche no entrarás así – le dijo Alice mirándolo de arriba abajo. Era verdad, Bill estaba lleno de barro y con la ropa sucia.
- Os prometo que soy muy rápido aseándome- dijo Bill entrando a su casa.- Por cierto, muchas gracias.

PVO SHASHA
Después de que Amanda, la criada, me hubiera dado tanta información y me hubiera dejado llorando como una tonta, me quedé dormida. Durmiendo pensaba que sería de mí, a dónde me llevaría esta situación. Si volvería a ver a mis padres o incluso a mi prima Bella. Si volvería a reencontrarme con Bill y con su amor olvidarme de todo o si, por el contrario, encontrarme con Edward y mediante sacudidas volver a mi vida normal tan complicada…
Un toque a la puerta me interrumpió. No sabía si decir “pase” o no, no era mi casa. Así que me acurruqué hacia un lado y me hice la dormida. Entró la mujer del pelo rojo, Sophie, y entraba con un chico rubio, alto y fornido. ¿Sería el rubio vikingo? No sé, yo lo veía muy cosmopolita.
- Como te estaba diciendo, Eric ha rescatado a esta belleza rubia que iba a ser engullida por el joven Lafayette.
- ¿Lafayette? Es el chico negro, ¿no?
- Sí, el mismo. Llevará menos de dos años como vampiro y ve carne y sangre fresca y se entusiasma el pobre. A mí, con la edad que tengo, ya ni me acuerdo de ese sentimiento… ¿Y a ti? ¿Cómo te va con tu esposa?
- Bien, bien. Mary se acostumbra a la vida vampírica como humana, pero tú sabes que mi raza no es la misma que la tuya.
- ¿Y cómo llevas eso de no beber de tu compañera? Mmmm, sería delicioso beber de tu compañera y más siendo humana.
- Ya sabes que no nos regimos por esa regla Sophie. No bebemos sangre humana, sino sangre de nuestra compañera femenina – dijo el chico riéndose.
Otra raza de vampiros… Interesante
- Y… ¿Qué quieres de esta chica, Sophie?- Se interesó el chico.
Mejor presto atención, mmm…
- Pues… No lo sé. Eric la quería para uso propio… Aunque si te la quieres llevar a Nueva York, te dejo que la observes durante un rato- hubo un gran silencio.- Bueno, voy a salir un momento Rhage. Quédate aquí.
La mujer salió y se quedó lejos de mí el vampiro rubio, Rhage. Ya sabes que no es el “famoso Eric”. Yo me quedé quieta, hasta que lo escuché acercarse…
- Sé que estás despierta – me dijo. Yo ni me moví.- Lo sé por tu respiración, no es como la de las personas cuando duermen… ¡Venga deja de fingir!


 

Abrí los ojos y entonces le vi. Era guapísimo, parecía una estrella de cine, musculado, con ojos claros y siempre sonriente.
- Creo que me suena tu cara… - Me dijo él.
Entonces caí. Recordé todo lo que habló con la mujer y lo relacioné. Encajaba, y se parecía. No se parecía, era la misma persona. El amigo de Bill.
- Mmmm, creo que te conozco- le dije yo.
- ¿De qué? Es que ahora no caigo.
- ¿Eres amigo de Bill? ¿Bill Compton?
- Claro… ¡Ya sé! Te conocí con Mary, mi esposa, en Baton Rouge, ¿no?
- ¡Sí! ¡Sácame de aquí, por favor! – Grité desesperada.
- ¡Shhh! – Bajó la voz.- Por supuesto. ¿Y Bill?
- Pues, Bill, cuando me secuestraron, estaba en su ataúd, fue en pleno mediodía… Ahora estará buscándome, espero.
- Joder. Tranquila, te sacaré. Ningún humano se merece esto.
- Gracias.
De repente entró de nuevo Sophie y Rhage me dijo a lo bajo que me hiciera la dormida.
- ¿Qué? ¿Has observado a la rubita?
- Sí. Y si no hace falta por aquí, no me importaría llevármela a Nueva York. Encajaría de vampiresa de la corte. Tiene porte y elegancia- dijo riéndose.- Al menos durmiendo.
- Pues eso dependerá de Eric. Pero aún no se encuentra por aquí, está en Nueva Orleans haciendo un papeleo de uno de sus negocios. Si te importa esperar… ¿Estás bien alimentado?
- Sí, no te preocupes. Pero si tienes un Gin Tonic para ir abriendo hueco, estaría bien.
- Muy bien, voy en busca de mi criada Amanda- dijo Sophie mientras iba camino de la puerta.
- Vale Shasha. ¿Dónde tienes tus cosas?
- Me raptaron con una bata de seda… Y no sé nada de ella…
- Pues te vas así mismo. ¿Te importa? – Negué con la cabeza.- De acuerdo. Pues en cuanto despiste a Sophie, te levantas y nos tiramos por la ventana. Sólo son dos pisos y hay un árbol cerca – dijo mirando hacia el exterior por la ventana.- ¿Tienes miedo?
- Que va. He hecho cosas peores, Rhage… ¿Ese era tu nombre, no?
- Sí, me llamo Rhage – dijo riendo.- El problema son… estos barrotes de la ventana… Son muy gruesos y con mi fuerza ni los doblo.


Así que, ante este problema, hice memoria y recordé algo de mi libro de magia, algo que sirviera para doblar los barrotes. Con mi fuerza psíquica solo los doblaría. Eso es lo que hice primero. Me puse de pie y me toqué las sienes con las manos. Me concentré y los doblé.
- ¿Qué haces? – Me preguntó Rhage.- ¿Lo hiciste tú? ¿Cómo?- Sólo asentí. – Venga vete a la cama, viene Sophie.
- Amanda, este es el señor Rhage, sírvele su copa.
Amanda le fue sirviendo el Gin Tonic a Raghe, pero usé mi olfato y vi que no solo era el Gin Tonic… La bebida tenía algo, algo con veneno. ¿Qué pretendía la muy…? Quería decirle a Rhage que no se le ocurriera beber, pero claro me había dicho que me hiciera la dormida… ¿Qué hago? ¿Grito y la cago todo? No… tranquilízate. Muévete en la cama y tose… Sí… Eso fue lo que hice, me moví, pensando que sufría una pesadilla y chillé “no”.
Funcionó. A Rhage se le calló el vaso al suelo.
- Ay perdón, me asusté – dijo riéndose.
- Que un vampiro se asuste de pesadillas humanas no tiene precio – dijo riéndose la criada, Amanda, mientras recogía y limpiaba la bebida del suelo.
- Amanda, perdona… ¿Quién te ha dicho que puedas hablar con mis amistades? – Le dijo enfadada Sophie. La cogió del brazo y la sacó fuera. Sólo se escuchaban gritos por parte de Sophie y llantos de Amanda.
- Esta es nuestra oportunidad- me dijo Rhage.- ¿Sabes romper del todo los barrotes Shasha?
- Sí, no te asustes con lo que voy a hacer.
- De acuerdo. Tengo más de 300 años, tranquila – soltó una carcajada.
Fuerzas del bien,
sombras del mal.
Ayúdanos a salir de aquí
y déjanos escapar.
De repente, un halo de luz brillante entró por la ventana y vibró el suelo que estábamos pisando. Con un estruendo sonaron los barrotes cayéndose al suelo y al exterior de la habitación.
- ¡Asombroso! – Exclamó Rhage.- Me he quedado asombrado, en serio… Bueno, vamos. Tenemos prisa. Salta tu primero.
- No hará falta. Intentaré levitar – le dije. Mierda, le estoy desvelando muchas cosas.
Cogí impulso, cerré los ojos con fuerza y me desplacé más allá del suelo. Fuera de la valla de la mansión. Cuando abrí los ojos, estaba fuera ya de allí y estaba Rhage junto a mí.
- ¿Tú también levitaste?
- No, yo me desmaterializo – asentí, asombrada.- ¿Qué pasa? Bill no vuela ¿no?- Dijo riéndose y haciéndose el chulito.


Seguimos andando y llegamos a su coche, un Volkswagen Golf GTI. Conducía rápido y me gustaba. Me gustaba el riesgo y la velocidad. Salimos a las afueras de Sheverport, por la autovía del mismo lugar, dirección a Baton Rouge. Ya me las arreglaría para explicarles algo convincente a mis padres, si me encontrasen en mitad de la noche llegando a mi casa.
- Bueno, ¿al final a tu casa o a Bon Temps, con Bill? – Me dijo Rhage interrumpiendo a mis pensamientos.
- No, a mi casa por favor, si no es molestia claro – Rhage me negó con la cabeza.- La verdad que no quiero saber mucho por unos días del mundo vampírico, he tenido suficiente.
- Pero… el mundo de fantasía siempre lo vas a tener presente, ¿no? – Asentí sin ganas.- Mmmm, ¿qué eres Shasha?
- Soy una bruja celta. Mis antepasados cazaban vampiros… - dije con la cabeza gacha.
- Y tú no, por lo que sé. ¿No tienes impulsos de matarnos?
- He tenido impulsos de matar al marido de mi prima, que es un vampiro de otra raza diferente a la tuya.
- ¿Ah sí? Entonces conoces nuestro mundo muy bien, ¿no?
- Sí, me he documentado bien se podría decir – dije bromeando. Si tú supieras guapo…
Llegamos en veinte minutos, aproximadamente, a mi casa. Menos mal que mi padre había vuelto a Arizona y mi madre estaba durmiendo, como una tronca. Me despedí de Rhage y le agradecí todo lo que había hecho por mí. Si él no tuviera compañera no me lo hubiera pensado dos veces. Era muy amable y me dejó su teléfono y el de Mary, su mujer, por si quería quedar con ellos o hablar simplemente. Ese fue un detalle muy bonito.
Llegué a mi habitación y estaba Perchon, mi perro guardián, sobre mi cama. Preocupado saltó sobre mí.
¿Dónde has estado? ¡Tanto tiempo! Tu madre te matará. Ella pensaba que estarías con Bill pero algo me huele que no.
- Y tienes razón Perchon… Me han secuestrado, vampiros… - Perchon me ladró.- Shhh, vas a despertar a mi madre.
Pero ¿cómo? ¿Estás loca?
- ¿Y qué culpa tengo yo? Estaba distrayéndome, de día, mientras Bill descansaba del sol y me alejé demasiado, hasta que alguien me golpeó la cabeza. Luego me desperté en un sitio terrorífico con un vampiro gruñón, el cual me golpeó, y más tarde me desperté en una cama de lujo de una mansión. Me habían dicho que había sido elegida por un vampiro importante y por la noche me encontró un amigo de Bill que estaba de visita, que con mis poderes escapé con él y me trajo hasta aquí.
¿Y Bill sabe algo? Bella está aquí.
- ¿Aquí? Voy a hablar con ella para que avise a Edward.
Me dirigí a la habitación de invitados y ahí estaba despierta, dando vueltas por la cama.
- Hola… ¿Qué haces despierta?
- ¡Shasha! ¡Apareciste! Debo avisar a Edward y luego te meto en la ducha y me cuentas qué te ha pasado, ¿vale?
Con la supervisión de Bella, me recuperé poco a poco, hasta que llegó Edward y lo escuché tocar mi puerta. Me hice la dormida, cosa que se me daba bien…




2 comentarios:

  1. Hola cucaaa!!!
    Porke eric siempre kiere kitarle la chica a bill?? jajaa me encanta...aunke aki tendra ke pelear contra bill y edward :D
    Me gusto mucho el capi, estuvo muy interesante
    Un besito amorrr

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  2. Hola

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