miércoles, 28 de octubre de 2009

Capítulo 9

PVO EDWARD

¿Tu primo postizo? – Pensé de manera inmediata y con los ojos muy abiertos.
Shasha me picó el ojo y salió corriendo calle abajo, mientras reía a carcajadas. No entendía su actitud… Estaba mal y triste por todo lo que había descubierto en unas cuantas horas y, ahora, de repente, estaba eufórica. Tal vez era el hecho de engatusarme tanto y dejarme con la miel en los labios. ¡Qué rabia! Estaba a puntito…
La seguí calle abajo acelerando cada vez más el ritmo, porque no la encontraba… Y no había más calles en este pequeño pueblo. Seguía acelerando, hasta que corrí con la velocidad que me caracteriza… y tampoco la encontré. Así que desistí y volví para la casa.


Cuando entré ya estaba oscureciendo y Bill llamó por mí. No sabía qué hacer, si ir o no ir hasta el sótano, donde estaba él. No sé si me descubriría, no sé si él me leería la mente al igual que yo y sabría toda la verdad. Tal vez Shasha le había contado algo… Aunque no creo que fuera tan tonta para dejarlo correr.
Mientras caminaba dirección al sótano, agudicé el oído y escuché a mi amada esposa. Estaba hablando con alguien y respirando dificultosamente. Agudicé más y vi con quien estaba hablando, con Shasha. Ésta acababa de soltar unas cuantas risitas… A saber qué le está diciendo…
Me encaminé hacia el sótano y me senté en un sofá viejo al lado de Bill.
- ¿Qué tal el día Bill?
- Pues un poco aburrido… Mira, ¿no has arreglado aún el cristal?
- Pues no. Lo siento. Es que Shasha, después lo ocurrido con Bella, desapareció de mi alcance y la estuve buscando… Hasta que llegué a casa, dándome un poco por vencido, y la escuché en la habitación de Bella.
- Oye, ¡qué buen hombre eres! Gracias por preocuparte por mi chica.
- De nada. Para eso soy su primo postizo – me reí al pensar en esas palabras recordando lo que estuvimos a punto de hacer.
- Sí, eso. Solo primos postizos – dijo Shasha. Estaba ahí, frente al umbral de la puerta del sótano. Balanceaba su rubia cabellera de un lado para otro mientras bajaba la escalera y se aproximaba al lado de Bill. – Te echado de menos Bill.


- Pues no veas lo que te he echado yo de menos, nena.
- ¿Estás enfadado? – Preguntó temerosa.
Tranquilo… No le he dicho nada a Bill de lo de antes – pensó Bella. Me quedaba más tranquilo.
- No cariño. No estoy enfadado. No te preocupes – le dijo Bill tranquilizadoramente.- Eso es normal. Eres nueva en todo esto.
- Ya estaba preocupada. No sé que me pasó, en serio – dijo apenada, mientras recordaba toda la situación.- Entonces, ¿me perdonas?
- Claro que sí, ¡bobita! Ven aquí – le dijo Bill, mientras le daba un beso en la frente. Después posó sus labios en sus mejillas, para, a continuación, seguir por sus carnosos y suaves labios… ¡Joder! Como me estoy poniendo… ¡Me largo!


Mmmm, lo siento caballero Edward. Ya estoy cogida. Y por un vampiro más agraciado, seguro
– pensó Shasha.
Salí pitando del sótano. Cabreado. No quería pensar en Shasha. Esa zo… No abuses Edward Cullen, tú no eres un mal hablado – me corregí. Pero es que esta bruja rubia me hacía estar así. Me gustaba, de eso no dudaba. El día de mi boda con Bella, me di cuenta. Era una conexión extraña. Ella es guapa, no lo dudo. Pero me hacía sacar la parte malvada fuera de mí. Parecía grosero, antipático y de muy malas formas. Un chico malo, en conclusión. Sin embargo, Edward Cullen era todo lo contrario a esto. Siempre me ha caracterizado la bondad, el ser amable, la humildad, ser formal. Vamos, un chico perfecto. Por lo cual, Bella se enamoró de mí.
No debería olvidarme de Bella. Ella era lo que yo siempre soñé durante tantas décadas de soledad. Me hacía sentir vivo… Pero Shasha, me hacía sentir vivo y vivir en una nube de locura.
Sin pensarlo dos veces, me dirigí escaleras arriba con mi esposa.
- ¡Edward! – Me gritó Bella.- ¿Dónde has estado?
- Lo siento mi amor – le dije, mientras me acurrucaba a sus brazos y metía mi cara en sus cabellos olorosos a flores. Mmmm, me encanta.
Me eché encima de ella. Suerte que su barriguita de embarazada no había crecido aún, así que no le pesaría mucho mi cuerpo. Le di besos en sus labios, mientras nuestras lenguas se enrollaban la una con la otra, como grandes expertas. Empecé a rozar mi lengua por su cuello, conteniéndome de morderla… Cada vez me incitaba más su sangre…


Sabía que algún día tenía que suceder. Tendría que convertir a mi esposa en vampiro, una acompañante hasta la eternidad de nuestros días, como ya lo hacían mis hermanos y padres. Tenía que hacerlo, porque los Volturis me lo impusieron. Yo quería alargarlo lo más posible, quería que Bella disfrutara de su humanidad todo lo posible, no como me pasó a mí.
Escuchaba a Bella respirar agitadamente, pero no la hacía caso. Seguí llenándola de besos más allá de su cuello. Le quité la camisa con los dientes y seguía besándola cerca de su pecho. La escuché jadear con un tono de susto, pero no levanté mi mirada y seguía concentrado besándola.
- ¿Edward? – Me llamó Bella. Pero yo seguía y seguía. Tenía que alejarme de mi pensamiento la cara de Shasha picándome el ojo y bajando la calle a carcajada limpia. – Edward… ¿qué te pasa? ¿Es el día de transformarme hoy? – Dijo Bella, en su gozo. Pero no, la iba a decepcionar porque hoy solo quería sexo.
Escuché al otro lado del pasillo una carrerilla entrecortada y risitas que provenían de Shasha y Bill. Seguía escuchándolos cerrando la puerta de la habitación de Shasha y un fuerte golpe mientras yo continuaba con la sesión de besos a Bella. El sonoro golpe fue el cabecero de la cama.
- Anda, que mi prima y Bill no pierden el tiempo, ¿eh? – Me dijo Bella riendo.
- Ya veo que no – dije concentrado en los pezones de mi esposa. Porque yo también hoy me desahogaré.

****

PVO SHASHA

Yo no estaba haciendo esto simplemente para darle celos a Edward, no. Sino porque me apetecía estar con Bill. No estaba con él tan a solas desde que estuvimos en mi casa en Baton Rouge y me enteré de mi gran secreto. Pero, a lo mejor, solo un poquito, en el fondo de mis sentimientos, también lo hacía para que Edward nos escuchara y se muriera de envidia… Aunque no lo creo. Al otro lado de la habitación ya se escuchaba movimiento de Edward y Bella… Yo no iba a ser menos.
- ¿Estas preparada para estar a solas conmigo Shasha? – Me preguntó educadamente Bill.- Te pregunto por los de tus escalofríos y electricidad hacia mí…
- Tranquilo – le paré. No quería recordar todas esas maldiciones que ahora anidaban en mí.- Si me tienes que parar, como sea, ¡lo haces! – Le advertí. Bill me miró perplejo.- ¿De acuerdo?
- Sí… Pero no quiero hacerte daño…
- Creo que aquí la que te hará más daño seré yo… Así que más vale que me frenes Bill- él asintió con la cabeza.
En seguida nos recostamos contra el reconfortante colchón de mi cama de Viena y nos miramos el uno al otro. Su mirada me profundizó de una manera que por los poros de mi piel solo salía algo caliente… ¿Hormonas? No, calla. Con Bill era todo tan exquisito y perfecto. Era todo tan sencillo que estaría con él toda una vida…
Siguió mirándome fijamente hasta que posó sus ojos en mis labios. Me impactó con un beso lleno de pasión, lujuria y… ¿amor? Da igual, sigue disfrutando… - me dije a mí misma. En cada beso, yo soltaba un chispa, la cual intentaba controlar no sé ni cómo. Por un momento, abrí un poco los ojos y vi el color de esas chispas… Naranjas y rojas, como el fuego.


- ¡Imposible! – Dije en alto.
- ¿Qué es imposible?
- ¿No has notado las chispas, Bill?
- ¿Qué chispas? – Bill no tenía ni idea.- Sólo te he notado muy caliente y húmeda…
Con esas palabras, ya me olvidé de las chispas. Bill empezó a acariciarme la tripa y yo entrecerré mis dedos en su negro cabello. Siguió con sus largos y húmedos besos, mientras con sus manos seguía una trayectoria vertical hacia mi intimidad. Dejó su palma de la mano descansar ahí, mientras con la otra me agarraba por las nalgas y se apretaba contra mí. Pude comprobar su excitación y le agarré más del pelo, dándole un pequeño jalón. Gimió, pero no era de dolor… Yo gemí a su vez. Entonces, Bill me quitó la camisa de una vez y se quedó mirándome los pechos.
- ¿Qué? – Le dije… Ya que me miraba más tiempo de los normal.
- Son hermosos… Cada día les tengo más cariño – me dijo esplendoroso. En seguida me ruboricé.
Mis manos bajaron a su cinturón y en, cuestión de milésimas de segundos, no había pantalones en el cuerpo de Bill. Bill hizo lo mismo con mis jeans y yo con los botones de su camisa. Cuerpo a cuerpo nos abrazamos y respiramos en el hombro del otro. Una pequeña sonrisa iluminó mi cara y supe que hacía bien. Que este era mi hombre de verdad.
Bill se posicionó encima de mí y yo entrelacé mis piernas a sus caderas. Pude sentirlo en todo su apogeo, pude sentir que Bill era solo para mí. Acarició mi espalda y recogió una gota de sudor, la cual me hizo sentir un escalofrío.
- ¿Te encuentras bien? – Se anticipó Bill. Yo sólo asentí.
No sabía si era el exceso de calor más la excitación del momento o si ese escalofrío provenía de mis adentros. No quería hacerle daño a Bill… pero me tuve que dejar llevar por la situación. Bill era mío y yo quería disfrutar.
Bill me sacó de la cama y me cogió en peso. Se dio cuenta de que quería disfrutar, así que lo hizo. No sé si le hice daño o no, pero le clavé mis uñas en toda su musculosa espalda y grité muy fuerte. Era lo mejor que me sucedía en años. De repente, noté una prisión en mi cuello. No sé qué fue, pero yo seguí disfrutando de mi momento de gloria y cada vez me sentía más mala. Abrí los ojos y vi que Bill estaba hundido en mi cuello…
Primero sentí miedo, abrí los ojos un poco más y me quedé inmóvil… Bill sacó su cabeza de mi cuello y la alzó para mirarme. Me miró con tal lujuria en los ojos, que no importó que su boca estuviera llena de mi sangre… agarré su pelo y empujé su cabeza de nuevo a mi cuello y abrí mis piernas más hacia él. Sufrí un éxtasis nunca vivido… Bill succionaba la sangre de mi cuello mientras me penetraba fuertemente. Yo con una mano le agarraba de su pelo y con la otra clavaba mis uñas a su espalda. Era totalmente pasional. Él me daba amor y pasión y yo le ofrecía mi sangre.


- ¿Estás bien? – Dijo Bill, que ya había parado. – Eres exquisita. No me equivocaba.- Me ruboricé en seguida.
Bill se encaminó hacia la unión de mis piernas y me hizo disfrutar más posible si cabía. Al rato, plantó más besos en mi ombligo y mis pezones, mordisqueando estos poco a poco.
- En serio, eres exquisita. En todas partes – me dijo con una sonrisa que produciría desmayos allí donde fuera.
A continuación, se metió dentro de mí y explotó todo su amor. Yo, inmediatamente, le abracé, no queriéndome separar de él por mucho tiempo.
- Shasha, eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
- Te amo Bill – le respondí. No podía negar lo que sentía por Bill. Lo quería para mí, solo para mí.
Bill me miró de una manera especial, la cual me hizo sentirme afortunada por tenerlo a mi lado. Me dio un beso fugaz y me abrazó con ternura. Después se levantó de la cama pero algo se lo impedía. Miró hacia mí e intentó levantarse de nuevo.
- ¿Qué estás haciéndome amor?
- ¿Yo? Nada, Bill – le respondía extrañada.
Cuando por fin se pudo levantar Bill le extendí la mano para tocarle. Pero de esta salió esa maldita electricidad, ese haz de luz blanca que proyectó hacia Bill. Con la otra mano retiré mi brazo hacia otro lugar. La mesilla que se encontraba ahí se desplomó.


- ¡Bill! – Grité desesperada.
- Tranquila Shasha, no me ha pasado nada.
- Sí, pero… Yo solo quería tocarte y agarrarte el brazo. Quería que te quedaras conmigo.
- Ya lo sé. Aquí estoy, contigo – me reconfortó Bill. - No tienes nada por qué temer, has sabido manejar la situación.
¿Manejar la situación? A ver si no te destrozo la próxima vez, amor.

**Perdón no haber actualizado más a menudo... pero una aquí que está muy liada con las clases!!! Espero que os guste aunque sea pekeñíiin!

4 comentarios:

  1. O_O quiero más.... aunque entre el Genido de Rob y esto...como dice Vero...no ayuda a apaciguar las hormonas XD jajajaja.

    Mas mas!!!

    Muaks!!

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  2. Mmmmmm! Que calores Cris !!!
    ese Bill, ese Edward... Ggggg!
    y leerlo viendo las fotos que tienes puestas de Rob...joer! nena, soy charquito xDD la que está de perfil así en primer plano de su cara...me mata! que boquita tieneeeee! ñam!

    en fin, que me encanta !!!! espero con ansia el proximo capítulo!

    Muaaaaaaaaaks!

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