jueves, 20 de agosto de 2009

Capítulo 5

>>Estaba en medio de un bosque, corriendo, huyendo de algo, de un animal quizás… Gritaba desesperada mientras corría con un vestido, ¡ah, no! Era un camisón de seda, blanco; me quedaba algo apretado, me hacía un poco gorda… ¡Estaba embarazada! Y estaba sangrando, por la zona de mis muslos…
- ¡Oh no! El bebé – grité desesperadamente. – ¡Ayuda, mi bebé se muere!
Pero no obtuve respuesta. Sólo escuchaba mis propios pasos corriendo por los hierbajos del bosque. No tenía ni idea de dónde estaba, pero estaba segura de que ese bosque daba miedo porque tenía los pelos erizados del terror que yacía en mí.
Giré mi cabeza para averiguar la distancia que me quedaba de la criatura que me estaba observando, pero no vi nada. De todas maneras, seguí corriendo deprisa mirando hacia mis espaldas, hasta que choqué contra algo tan duro como una roca. Me quejé del gran golpe y miré contra qué me había golpeado.
- ¡Bill! – Dije aliviada. Lo abracé.
- ¡Shasha, cariño! No tengas miedo, estás a salvo ya –dijo protegiéndome y reconfortándome.
- ¡Gracias a Dios! – Suspiré.- Por cierto, ¿qué me perseguía?
- Dirás quién, ¿no es así? – Negué la cabeza.- Te perseguía Sookie… Mi antigua pareja… La loca de Sookie venía a por ti, a matarte para hacerme suyo.
- Sookie… -Dije mientras… <<







- ¡Shasha, cariño! ¿Qué te pasa? – Me dijo Bill, mientras me despertaba.
- ¡Ay Dios! Estamos aquí, ¡menos mal! – Dije alegrándome, mientras me desperezaba.
- ¿Qué tenías una pesadilla?
- Sí Bill… Una muy rara – dije pensativa.- Pero a medida que me estoy despertando más me olvido de la tonta pesadilla. En un par de minutos se habrá ido verás. ¿No te pasa a ti?
- Mmmm, no. Hace más de un siglo que no puedo soñar – dijo triste, mirando hacia abajo.
- Ey, cielo – le dije mientras le cogía por el mentón.- Mírame. Yo creo que estás ahora mismo teniendo un sueño. ¿Quién te diría a ti que estarías esta mañana en una cama acurrucado por la chica que conociste un día de casualidad? – Se rió.- ¡Qué más da si sueñas dormido o despierto!
- Esto no es un sueño, mi amor – dijo mirándome, con la mirada clavada en mis ojos.- Esto para mí es un milagro.
Entonces me acerqué y le di un inocente beso en los labios, casi como un roce de dos bocas. Él cogió mi cara con las dos manos y presionó fuertemente sus labios a los mío. Gemí un poco por puro placer e impresión de su fuerza. Era un buen amante. Me abrió los labios con su lengua y recorrió, solo como él sabe, toda mi boca, haciéndome sentir desatada por dentro. Dejé que me besara apasionadamente mientras le abrazaba con fuerza y acariciaba los músculos de su espalda. Gemí un poco más ya que Bill había soltado sus manos de ambos lados de mi cara y las descendió hacia la curva de mis caderas. Entonces empecé a reírme. Cada vez más fuerte, e incluso con carcajadas.
- ¿Qué te hace tanta gracia cariño? – Dijo Bill confuso.
- Es que… - dije entrecortadamente debido a la risa- tengo… muchas cosquillas por la cadera.
- ¡Ahh! Así que era eso – dijo él sonriendo. Entonces empezó a pellizcarme y hacerme más cosquillas a propósito. Yo también intenté hacerles cosquillas; como no reaccionaba seguía por más zonas de su cuerpo, pero nada ni un gesto de incomodidad.- Hace también muchas décadas que no tengo cosquillas. Un privilegio en momentos como este… Así puedo vencerte en las guerra de las cosquillas – me dijo gritando y atacando de nuevo a mis caderas.
- ¡Ya, para! – Dije rindiéndome.- ¡Para, para ya Bill! No puedo más… -dije suspirando.- Pero no por las cosquillas, sino por falta de respiración de las risas – dije tomando aire.
- ¡Ay mi bella Shasha! Me encanta estar a tu lado… Me hace sentir tan… humano. ¡Ojalá todos los días fueran así!
- ¿Y por qué no? – Dije… Estaba sorprendida de mí misma. Estaba reconociendo que quería una relación con él.
- ¿Estás segura de querer estar con un vampiro?
- Sí, no le veo ningún problema. Tú me gustas y yo a ti te gusto. Esa es la base de cualquier relación, aunque yo haya tenido muy pocas y hace mucho tiempo – dije segura de mí misma. Bill no dijo nada, se quedó mirando al vacío. Pero yo sé que le gustaba, me lo había dicho en repetidas ocasiones. Como vi que seguía sin soltar palabra, cambié de tema.- ¿Qué hora es Bill?
- Las dos de la tarde. Creo que es tarde para ti… ¿No tienes hambre?
- Sí, ya escucho a mis tripillas protestar. ¿Tú no comes nada?
- Sí como, pero poco. No me hace mucha falta. Quizás unas tres veces por semana, pero depende de la semana. ¿Tienes que ir a almorzar con tus padres? Yo no puedo acompañarte… es mediodía. ¡Qué lástima, me hubiera encantado! –Dijo apenado.
- Ya… Podríamos cenar alguna noche, bueno, alguna medianoche quizás- dije esperando a que llegara ese momento.- Es verdad, quedé con mis padres en casa del padre de Bella… Mejor llamo a Bella para que me venga a buscar.
Llamé a Bella para que me viniera a buscar a la pensión – residencia de vampiros. Se acordaba del camino bien, lo que me alegró porque yo no tenía ni idea. Me despedí románticamente de Bill mientras él me decía que tuviera mucho cuidado, en varias ocasiones. Menos mal que tenía mi número de móvil, porque no podría estar sin hablar con él hasta la madrugada, aunque en Forks no es que haya buena calidad de cobertura de móviles. En cuanto salí de su habitación y tomé el ascensor del hostal lo empecé a echar de menos.





Bella me esperó en la carretera principal fuera del coche, pero… ese no era su coche. Ella me había comentado que el tío Charlie, según ella llegó a Forks, le había regalado una camioneta vieja y destrozada pero que ella adoraba. Esta vez estaba con un mercedes negro, reluciente, de cuatro plazas y sillones de cuero. ¡Todo un lujazo! Silbé a modo de sorpresa.
- Ya veo que tu trabajo en la tienda del pueblo te ha dado dinerito del bueno – dije curiosa y riendo.
- ¡Qué va! Le sigo siendo fiel a mi vieja camioneta, lo que pasa que está en el taller y Edward me ha prestado el mercedes de sus padres. Es que como tienen varios coches, algunos no los utilizan.
- ¿En qué trabaja el padre de Edward? Será millonario por lo que veo – dije asombrada, ya que cualquiera no tiene varios coches.
- No prima. Él es médico del pueblo. Ya sé que resulta raro viniendo de un vampiro. Pero los vampiros suelen tener bastante dinero. Ya lo verás.
De camino a casa, Bella no me dejaba de hacer preguntas sobre mi noche-mañana con Bill. Le expliqué por encima lo feliz que me encontraba y cómo había sucedido todo, pero sin entrar en detalles claro. Llegamos a casa del tío Charlie y comimos allí. En la mesa estaban sentados mis padres, mi tía Renée, mi tío Charlie, Bella y yo.
- Bella hija, ¿dónde está metido Edward? ¿Le dijiste que Renée y yo le invitamos a comer, no? ¿Y que teníamos visita también no? – Dijo Charlie empezando a preocuparse, ya que habíamos empezado a comer hacía rato.
- Sí papá – dijo Bella bufando un poco,- pero si no ha venido es porque le habrá surgido algún imprevisto.
- ¿Por qué no lo llamas? – Le pregunté, entonces Bella me dio una patada por debajo de la mesa.- ¡Auch! – Me quejé, y Bella se hizo un poco la loca. Todos me miraron. –Es que me di con la pata de la silla – reí.
- ¿No le dijiste nada a Alice de almorzar con nosotros hija? – Dijo Charlie retomando el tema. – Lo digo como se va con vosotras después a seguir con las compras de la boda…
- No papá. No le dije nada. Tenía planes ya con Jasper.
Seguimos en la mesa hablando de la boda y Bella se notaba que estaba más nerviosa. Cuando terminamos subí a la habitación de mi prima.
- Podrías haber estado calladita un poco ahí debajo – dijo mosqueada.
- ¿Yo? ¿Por qué? ¿Por decirte que llamaras a Edward? – La verdad es que no entendía su mosqueo.
- ¡Sí! – Me dijo seria. - ¿O es que Bill no te contaron su dieta especial?
- Sí me contó. Me contó que él comía unas tres veces por semana, pero que dependía de la semana, pero con esa era suficiente.
- ¿Que Bill come? – Dijo confusa.- Edward ni ningún vampiro que conozca come nada, solo beben sangre. Tu vampiro es raro.
- No sé. Eso me dijo él que comía… En el libro que me diste hay varias clases de vampiros y Edward no es como Bill.
- Es que aún no me he leído el libro entero – dijo avergonzada y riendo.- Bueno, dejando de lado el tema… Prima estoy nerviosísima por la boda, estoy que no me lo creo – entonces tocaron a la puerta. Eran Edward y Alice. Nos saludamos y Alice y yo dejamos solos a los novios.
- ¿Qué tal con Bill Shasha? Me han dicho que es un buen partido y es un tío encantador – me preguntó Alice.
- Pues la verdad que lo he pasado fantásticamente bien. Me encanta, soy súper feliz.
Estuvimos cotilleando Alice y yo un poco de todo. Me contó lo de su don y también curiosidades de su familia para pasar el rato hasta que nos dirigimos al centro de Portland, donde estaban las tiendas para ultimar los detalles. Allí Bella se probó su vestido de novia, le quedaba realmente bien, a medida; pero yo aún pensaba que veía a mi pequeña prima con un traje de una persona mayor… o a lo mejor era envidia. Estuvimos toda la tarde por esa ciudad desconocida para mi madre y para mí, así que el resto de mujeres nos hicieron de guía. Tomé fotos sin parar de la ciudad, el puerto y de las calles y me tomé fotos con mi prima y con Alice, de la que hice muy buenas migas. Llegó la noche y mi madre y yo nos dirigimos a la pensión. Bella también me acompañó. Le pareció buena idea de quedarse otra noche en mi habitación para cubrirme si decidía ir con Bill. Entonces me llegó un mensaje al móvil. Era de Bill y decía que estaría en la puerta de la pensión en tan sólo 10 minutos. Y así fue.
Fui a la pensión y estuve en el bar con él tomándome algunas copas. Él bebía sangre sintética y yo Martini, unos cinco Martini para ser exacta. Bill me contaba cosas de él, de su vida de Bon Temps, de su pasado como humano, de su creación. Eran cosas que me interesaban pero llegada a la quinta copa no me enteraba de mucho… Claro, no bebía desde el verano pasado.
- ¿Te encuentras bien querida? Te veo algo mareada – me dijo… Creo que fue Bill, sí.
- Sí, estoy bien. Solo un poquito bebida –me reí yo sola.
- ¡Estás borracha Shasha! ¿Sabes que en estos casos puedo hacer cosas malas contigo cariño? – Dijo de forma sexy.
- ¿De veras? – A veces me sorprendo de mí misma.
Entonces me llevó, diría que volando, a su habitación. Me tiró sobre la cama y me arrancó la camisa.
- ¡Guau! – Exclamé.


Me quitó el sujetador y se quedó mirando mis pechos.
- ¿Hoy no sientes vergüenza? Porque esa mirada me la conozco. Te lo digo por experiencia - ¡A saber qué cara tenía yo!
Comenzó a besarme el cuello, a darme mordiscos suaves y noté que tenía sus colmillos perfectos por fuera. Me besó el hombro y la clavícula mientras yo me abría de piernas y sentía sangre bombear entre éstas. Yo llevaba puesto una mini falda vaquera y de un momento a otro Bill podría llevarme al cielo de mi locura. Después de besarme la clavícula bajó a mis pechos, pero antes de hacer nada con ellos los observó, con cara de asombro y de deseo. Entonces puso una mano sobre uno de mis senos y su boca sobre el otro. Comenzó por darme lengüetazos muy despacio mientras con la otra mano frotaba mi pezón como si estuviera sintonizando una emisora en la radio. Me volvía loca y más con los Martini dando vueltas en mi sesera. Este hombre era lo más. Repitió lo mismo pero intercambiando mano y boca sobre mis senos, pero esta vez los lengüetazos pasaron a ser succiones y mordiscos con sus colmillos. Lo que me hizo gemir muchísimo.
- Si yo te pongo imagínate tú a mí preciosa-. Y me puso mi mano en el bulto de su pantalón.
Yo miré impresionada hacia ese bulto que parecía que estaba a punto de estallar en sus pantalones negros de pinzas y después lo miré a él. Bill tenía una erección… por mí.
Mi primera erección – pensé como una idiota. Entonces me abalancé sobre él y le di un beso fugaz, para después bajar hacia sus caderas. Noté que levantaba la cabeza para observar lo que yo estaba haciendo, cuando comencé a desabrocharle la cremallera con la boca, entonces él se dejó llevar y volvió a colocar su cabeza en la almohada. Cuando le quité sus pantalones, muy elegantes por cierto, quedé asombrada… no porque Bill fuera sin ropa interior, como la noche anterior, sino por su enormidad… Había ido a despedidas de solteras con compañeras de la facultad y había visto penes en directo, pero esto no era normal. En cambio, sé que gozaría de mil maneras con ello y con Bill, nunca me cansaría. Después de observar con detenimiento lo que Bill me estaba mostrando pasé mi mano sobre ello y sobre sus testículos. El contraste era exquisito, la humedad que emanaba de él, hacía que estuviera frío, pero sus testículos eran todo un volcán a punto de soltar lava caliente. Empecé a darle mordisquitos por todo el área de su paquete hasta que ya, con movimientos firmes y uniformes, comencé a darle suaves y húmedos besos mientras mi lengua colaboraba. Jamás, en mi vida, había pensado, que yo, Shasha Douglas, iba a hacer semejante acto. Pero este acto me gustaba, me daba mucho morbo, y a Bill ni qué decir. Parecía más vivo que nunca, cosa que me ponía más cachonda aún. Cuando vi que había llegado el momento culmen de mis besos amorosos, Bill no se dio por vencido y quería más.
- ¡Oh Shasha! – No paró de decirme en toda la noche con sus ojos casi en blanco mientras gemía de placer.
Esta vez era la que yo estaba debajo de él, para que, a continuación, empezara a llenar de besos mi barriga y de un tirón me bajó la mini falda. Esa noche sí me había preparado con la ropa interior. Era la primera vez que un hombre me vería después de años y no quería llevar estúpidas braguitas con iconos infantiles, así que me puse un tanguita con encajes transparente de color negro. Mi tanga no hizo mucha falta esa noche, ya que Bill ni lo miró de refilón. En cuestión de varios segundos, esta prenda en cuestión no se encontraba puesta.
- Lo siento, cariño. Sé que era precioso, pero no ha quedado nada de él –se disculpó avergonzado. ¡¡¡Era de mis preferidos!!!
Bill meneó su cabeza y rápidamente introdujo su lengua en mi sexo. ¡Qué placer! Esto era estar en el paraíso. ¡Qué va! En el cielo, y, encima, con un muerto viviente. Se notaban sus décadas de experiencia. Lo hacía todo bien. Sabía lo que necesitaba y lo que me dolía. Hacía correrme con leves y bruscos movimientos, con suaves y húmedos besos, con inocentes y salvajes mordiscos. Hizo que me corriera tres veces, como se notaba todos esos años sin haber tocado a nadie.
- ¿Te ha gustado, mi querida Shasha? – Dijo, cuando había terminado de comerme a besos. Estaba tumbado a mi lado. – Sé que no te gusta, pero quiero que te pruebes a ti misma – e introdujo tres dedos en mi boca, después en la suya. Y después, su lengua en mi boca. Saboreé mi esencia, que del todo no me disgustaba, pero prefería la de Bill mucho más.
- Bill ha sido maravilloso. Pero estoy agotada, creo que debemos dormir un poco. Mañana es la despedida de soltera de Bella y no te veré en toda la noche. No sé si podré soportarlo.
- Pues te quedas durante el día, ¿qué te parece?
- ¿Todo el día en la cama? ¿A tu lado? ¡Genial! – Dije pensando en todos esos momentos que estaban por llegar
- ¡No! Yo no me paso todo el día en la cama, preciosa. Me relaciono con los demás vampiros de la pensión. Hay muchos conocidos míos, los cuales asistirán a la boda. También veo la televisión, escucho música y leo libros y periódicos – me explicó.
Dormimos acurrucados hasta las dos de la tarde, cuando Bill llamó al servicio de habitación para que subieran un almuerzo para mí. Esta noche agitada, pero maravillosa, hizo que se me abriera el apetito. Me pidió primer, segundo plato y postre, escogiendo de todo un poco ya que no sabía lo que me gustaba de comer. Yo por mí, me hubiera comido a Bill enterito.
- ¿Y tú no comes nada? – Le pregunté mientras Bill me acercaba las bandejas al sofá del pequeño saloncito de la habitación.
- No, solo me comeré una manzana si acaso. Ya me había alimentado antes de venir a Forks.
Después de almorzar, fuimos a echarnos una siestecilla. Siesta que no sólo consistió en dormir. A medida que me entraba la morriña del sueño, Bill me desvelaba cada dos por tres porque bajaba sus manos a la zona de mis caderas e introducía sus dedos debajo de mis pantaloncitos. Unos pantalones cortos que me tuvo que comprar Bill en una mini-tienda de la pensión, puesto que no iba a ir a ningún lado con una falda sin ropa interior ni loca. A medida que me tocaba con más rapidez y más precisión, como un gran experto, más húmeda estaba yo, y más enloquecida. Esto no podía llegar a nada bueno.
Pero, como si Bill me hubiera leído la mente, paró en seco. Me besó en la frente, los párpados, las mejillas y los labios. Unos besos que me hacía volar hacia no sé dónde, pero donde estaba segura que era feliz. Al cabo de unos minutos, lo escuché roncar. Y yo con sus ronquidos, también me fui quedando dormida.
Nos despertó el teléfono de la habitación. Eran las seis. Con Bill acurrucado a mi lado se pasa volando el tiempo. La recepcionista le comunicó a Bill que había una humana esperando a su acompañante, o sea yo, en el hall. Bill me dijo que si quería que subiera mi prima, que por él no habría problema. Pero le dije que no, ya que quería arreglarme para la despedida de Bella. Me despedí de Bill y fui a encontrarme con Bella, quien me llevó a donde me estaba alojando y nos preparamos juntas.
La despedida consistió una velada entre las mujeres de la familia, las hermanas de Edward, las madres de los novios, mi madre y yo, dos amigas de Bella del instituto y la futura esposa. Cenamos en un restaurante de moda de Portland y nos fuimos a una pequeña terraza para bailar. Me encantó porque no fue una despedida despampanante ni extrovertida, sino coqueta y muy reservada, cosa que me hizo conocer mejor a las cuñadas de Bella. Ya no sólo me caía estupendamente Alice, sino que Rosalie se asemejaba mucho a mí en la forma de ser.
Bella esa noche no durmió en mi habitación, sino que fuimos las cuatro, Rosalie, Alice, Bella y yo, a su casa para al día siguiente prepararla y convertirla en una novia especial.
¿Algún día estaré igual que Bella? Tan enamorada y a punto de casarme con… Bill- pensé mientras veía a mi prima convertida en novia.




3 comentarios:

  1. Genial Cris !
    Mucho mejor aqui y te ha quedado perfecto.
    Quiero más, te lo habia dicho ??? xD pues si ... me encantaaaaaaa
    Bstos

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  2. 0la!

    me encontre con tu blog

    de casualidad y

    sta muy xido!

    spero cn ansias

    el nuevo capitulo

    atte: mafi*

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  3. Ay! Muchas gracias margarita por seguir el fic. Tranquila que hoy o mañana hay capitulo nuevo.
    Un saludito!!

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